Dicen
que el aburrimiento crea idiotas, y si no lo dicen, así lo pienso yo; que si no
crea idiotas, sí las ganas de tocar las narices u otros apéndices más colgantes
y más promiscuos.
Con
el pelo que empieza a escasear, las sienes que muestran canas cada vez más
abundantes, la vista que le cuesta leer a media distancia y sobre todo los años
cumplidos a base de guantazos y abrazos, de besos y escupitajos, me puedo
permitir ya no pensar libremente, que lo hago desde que tengo uso de razón,
sino además contarlo. Digamos incluso pasarme de la raya… no solo pisarla
tímidamente con la puntera del pie, no, pasar el cuerpo entero, a “carajo
sacáo”.
Mucha
gente está pensando que esto de estar sin gobierno en el país no está siendo
tan grave… pues digamos que eso es relativo. Prefiero tener un gobierno que
desgobierne (y no voy a entrar en colores) y en frente de ellos una patulea de
personajes que se ganen el sueldo, aunque ese sueldo no sea merecido,
simplemente por vomitar todo lo que piensan del otro, y al menos de esta manera
no tendríamos un continuo devenir de ideas con el único fin de “comprar” votos
en una eterna campaña “erectoral”, ya que a alguno se ve que le pone cachondo
eso de casarse con todo dios a costa del divorcio con uno mismo e incluso
diluirse como la sal en agua caliente.
En
lo que respecta a ese tema poco más voy a escribir ahora mismo, simplemente por
el hecho que cada uno es libre de pensar, políticamente, lo que le dé la gana.
Yo por mi parte, dejando de lado que me han dinamitado muchos de mis ideales
con ciertos pactos (por no llamarlo mamadas electorales), mi cita con las urnas
creo que cambiará de lindes, porque está claro que a estas alturas no voy a
crear mi propio Partido.
El
gran prejuicio del hombre, a la hora de expresar lo que piensa, suele ser que
los que le rodean miren para otro lado, den un paso atrás y abandonen al que
libremente habla por el simple hecho que lo que escuchan no es lo que les
gustaría oír; aplicable esto en todos los ámbitos de la vida social, porque
llevamos tiempo creyendo que las convicciones y lo políticamente correcto son
compatibles. Para nuestra desgracia también confundimos aquello de la libertad de
expresión; no, no voy a repetir la famosa y manida frase de marras “tu
libertad…”, solo diré que hay que ser consecuentes cuando hacemos uso de ella,
sabiendo el rechazo que podemos recibir, y permitir al otro hacer uso de esa
misma libertad sin considerarlo un ataque frontal a nuestras convicciones.
Podéis
pensar que lo que voy escribiendo en el artículo de hoy no tiene ni pies ni
cabeza, que no tienen relación ningún párrafo entre ellos, pero a fin de
cuentas ya el título lo dice, todo esto es puro onanismo mental y electoral con
tanta pollez que nos está llegando por todos los medios; cada uno con su color
correspondiente. El cascársela con una idea tiene solo una finalidad: darse
placer a uno mismo. Sobre esto de llegar al clímax, de flipar con nuestro
ejercicio “onánico”, parece que va hoy día el tema de la prensa, medios
digitales y plataformas varias. Yo por mi cuenta y riesgo voy a ir una por una
de las distintas opciones políticas que me vienen a la cabeza, soltando berrea
y quedándome relajadito…
VOX
(del latín vox, vocis). Los más rancios. Los que defienden derechos de los
demás aunque no se lo pidan, la voz de los mudos; digamos los más altruistas.
No te preguntan lo que quieres o necesitas, para qué, ellos ya lo saben y serán
tu voz en el desierto. Su mayor temor: que en el seno de sus familias aparezca
algún rojillo; entiéndase por ello cualquier “disfunción” psicológica como la
homosexualidad, el comunismo, la droga y demás lacras de la sociedad. Ellos
tienen la solución: un buen médico; porque todo se puede curar menos su adoración
por el vil metal. El fiel yunque donde forjar hombres; mujeres no, ellas en la
cocina se forjan solas. Adictos, por lo visto, a las revistas de automóviles en
las que se les sitúa como cuarta fuerza política del país. Su lema: “Cualquier
tiempo pasado… pero que muy pasado, fue mejor, y si es con acento gallego ni te
cuento”.
PACMA
(gracias a dios que existen los acrónimos). Tal vez el partido que tenga sus
días más contados (bueno, sin tener en cuenta a mi querida IU), por aquello que
su programa se acabará cuando logren su fin: salvar a todos los animalitos del
mundo. A las personas que les den por saco, porque este mundo no será justo
mientras haya un animal que sufra sometimiento. Portavoces de los que rebuznan,
mugen y barritan. Hay que reconocer que son los más espectaculares en cuanto a
montajes y expresión corporal se refieren: igual se encadenan a una señal para
defender a un toro para después denunciar a las fuerzas del orden por no
protegerle que se despelotan y se rocían de salsa de tomate a la puerta de un
coso taurino; a ver si aprenden las chicas de FEMEN que solo nos muestran su
torso. Su lema: “Para qué luchar por los derechos de las personas habiendo
animales a los que proteger”.
Partidos
Nacionalistas/Soberanistas. Los nacionalistas tal vez sean los que mejor me
caen porque miran por lo suyo sin menospreciar lo ajeno. De vez en cuando echan
las patas por alto y dan el puñetazo sobre la mesa para hacerse valer, pero a
fin de cuentas las negociaciones políticas no dejan de ser eso: puñetazos a
diestro y siniestro. Los soberanistas son otro mundo… son como el niño
consentido que cuando se le niega la piruleta se enfadan y dicen “ya no te
ajunto” y amenazan diciendo que entonces se van de casa. Mi hijo el pequeño, un
día hace años, hizo eso mismo, y cuando le invité a que se marchase él lo hizo:
cogió la puerta y se fue. Durante más cinco minutos le estuve viendo por la
mirilla cómo, en el rellano de la escalera, ponía a prueba su chantaje: al
final me rogó pidiéndome volver a casa… Quién sabe si este ejemplo doméstico
se pudiese trasladar a la realidad
nacional. Su lema: “Echemos un pulso”.
IU.
Tal vez por pura decepción personal no me extenderé con ellos. Su lema: “Si
tenemos que morir, que sea engullidos por otros. Somos el Almax de la nueva izquierda”.
Ciudadanos.
No diré que me caen mal; lástima que tampoco me caigan del todo bien. En aras
de la verdad creo que son los únicos que han mostrado claramente sus cartas:
Son la puta de la política española actual. Entiéndanme y no se molesten,
porque a fin de cuentas el oficio más antiguo del mundo siempre ha sido
necesario para lograr la paz social y en muchos casos familiar; el problema
radica en que aunque todo tiene su precio, tal vez haya cosas que con figuran
en la factura y al final también haya que pagar conceptos en dinero negro que
nunca aparece en ésta. Su lema: “Aunque parezca el tonto del pueblo soy más
listo que todos vosotros”.
PODEMOS
(omitiré las sigas con las que concurren a las urnas el día 26 de junio por
puro despecho). Nació como la gran esperanza, supuestamente, de un movimiento
social como fue el 15-M, pero con el tiempo y los hechos están demostrando que
son iguales que esa “casta” que tanto repudian; eso sí, maquillada con ciertos
tintes progresistas y populistas que se quedan en eso: puro maquillaje. Son
capaces de todo, entiéndase ampliar su programa y su discurso, con tal de
atraer a sus filas a todo tipo de ideología. Si hay que presentar a asesinos
como víctimas de los prejuicios políticos; pues se presenta, si hay que
defender la disgregación de un país; pues se defiende, si hay que… pues
también, porqué no. Las palabras se las lleva el viento y mientras yo diga
digo… los demás entenderán Diego: todo sea por lograr el poder y el culo
caliente en una silla. Su lema: “Me lo como tóo”.
PSOE
(Como diría Javier Krae: “Tú mucho partido pero ¿es socialista, es obrero? ¿O
es español solamente?; hombre blanco hablar con lengua de serpiente”). También
quieren solucionar el país, cierto. Al menos han demostrado querer hacerlo
hablando con todo perro pichichi; incluso siendo inflexibles con ciertos puntos
de su programa electoral pero… “La mujer del Cesar no solo tiene que ser
honrada, sino parecerlo”. No se puede estar en misa y repicando; perdón
señores socialistas, eso de misa cierto que está fuera de lugar. Una regeneración,
una limpieza se hace o no se hace. Lo de levantar la alfombra para esconder las
barreduras no cuela porque siempre habrá algún indiscreto que por un segundo
mirará debajo. Su Lema: “¿Quién lava más sucio?”
PP
(Partido Podrido como una de sus nuevas acepciones). En el tema de la
corrupción están siguiendo la misma fórmula que sus oponentes históricos del
“soe”. Brillan como solo ellos saben a la hora de saber vender la moto. Con un
poco de barniz te colocan un tablón comido por la carcoma y además son capaces
de hacerte pagar los materiales. En una sola palabra: MENTIROSOS, por no decir
otros muchos adjetivos que me vienen a la cabeza que son bastante más groseros
aunque descriptivos. Son el cuñado que todos tenemos que te invita a cenar y
pagas tú la cena y las copas de la juerga (por suerte yo solo tengo cuñadas). Son
los que mejor te venden el laxante como un buen digestivo. Son… el PP. Su lema:
“Agáchate que se me cayó una moneda y así te entrará mejor: recuerda que es por
tu bien”.
Y
bueno, ya puestos a pajearnos, aquí os dejo el enlace de un video en el que un
humorista mexicano refleja cómo a veces vemos la vida y el poco sentido que
tiene que nos empeñemos en tomarnos las cosas tan a pecho. Una muestra más de
que la vida con humor suena diferente: https://www.youtube.com/watch?v=rfdErCPTV4o
Un
cordial saludo y apretón de mano izquierda.
Juan
J. López Cartón.