Cajón "desastre" de historias, vivencias, sensaciones y reflexiones de una vida en permanente evolución. Una vida llena de patadas a las piedras con más azúcar que sal.
lunes, 1 de noviembre de 2010
A paso cambiado.
jueves, 24 de diciembre de 2009
Un año más de tradición, recuerdos y sentimientos.
lunes, 21 de diciembre de 2009
¿Paz o pan?

Hola de nuevo a todos los que seguís el blog y a los que de casualidad caéis en él por las casualidades de la vida.
Perdonad mi ausencia en las últimas semanas, pero me he quedado sin ordenador y gracias a mi amigo Jesús que se partió la neurona para intentar rescatar mi viejo PC, al final solo consiguió que esto funcionase un poco por medio de LINUX. Espero que de una u otra manera pueda ofreceros las fotos de Belén que ya monté en próximos días, ya que hay gente que me ha preguntado por el tema.
Hoy, a título personal, y antes de el momento "Belén", he preferido volver al blog haciendo una reflexión. Os cuento:
El viernes pasado, en medio de la tremenda tromba de agua que nos chupamos, nos presentamos en Jerez para un rito que desde hace años llevan a cabo los Scouts: recibir para después compartir la Luz de la Paz de Belén. Diréis algunos que qué es eso, seguro... Desde hace años un grupo de scouts austriaco va a Belén en peregrinación, y en el sitio donde se supone nació Jesús, encienden una lámpara con la llama que allí permanece encendida. Esta luz simboliza la Paz. De allí llega a Austria y Alemania, y a continuación se reparte por todo el mundo, en un afán de compartir esa Paz que vino a traer aquel bebé nacido entre pajas.
Dejando de lado creencias y religiones, lo que estoy seguro que todos tenemos en común es la querencia y necesidad de esa paz en todos buscamos tener en nuestras vidas, nuestro trabajo y porqué no, en todo el mundo.
Qué bonito sería, ¿verdad?... pues como decía el chiste: "va a ser que no". Cierto, todos queremos la Paz, todos la necesitamos, pero hay gente que lo tiene claro, de qué me sirve la PAZ si lo que yo necesito para vivir es PAN.
Todos tenemos claro que los últimos meses no están resultando precisamente alagüeños en cuestión de economía; estamos jodidos, la verdad. Seguimos teniendo que aguantar a una panda de estómagos agradecidos (de los votos que les dieron sus compatriotas, aun cuando no les sirvieron para ganar) a los que se les llena la boca de decir que ya queda poco, que por si acaso nos hagamos un par de agujeros más en el cinturón pero que seguro que no van a hacer falta, que lo peor ya pasó (que se lo digan a todos los que han ido de "patitas a la calle") y que ahora disfrutemos de esos días tan maravillosos de Navidad.
Si en su día hubo alguien con un par, que echó a los mercaderes del templo, si hoy volviese, se liaría con esta panda de chupatintas unicejos y barbudos que tienen el poder en sus manos y a los que se les llena la boca pidiendo y deseando la paz (con soldados metidos en guerras incluido). Que den un supuesto Premio Nobel de la Paz a un individuo que en su discurso lo primero que suelta es lo necesaria que es la guerra, desprestigia no a los premios; que a mi sinceramente me importan un bledo, sino desprestigian a todos aquellos que están luchando para que la gente tenga PAN para alcanzar la Paz: de qué me sirve la Paz si me muero de hambre (si claro, de ahí la frase "descanse en pan, perdón, en paz).
No me voy a enrollar más, que no es esa la cuestión, sencillamente me apetecía compartir lo que desde el viernes me barrunta en la cabeza después de recoger, con mimo y con ilusión esa llama que se encendió en la cuna del auténtico Premio Nobel de la Paz: un loco llamado Jesús.
Feliz Navidad, felices fiestas, y poco más.
PDT: por cierto, en casa tengo esa llama para compartirla con quien quiera ser mensajero de pan, además de paz.
martes, 24 de noviembre de 2009
Una mirada
Una sonrisa: un sueño.
Una mirada: un misterio.
Como salida del agua,
como Venus renacida,
Atenea del olimpo,
llegada de una partida.
Como dos faros de mar,
como lucero en la noche,
como antorchas que me alumbran
sin preguntar, sin reproches.
Como esa noria que gira
haciendo manar el agua,
hiciste surgir en ti
una sonrisa, una mirada.
Quiero aprender a poner
el nombre de esa mirada
acompañando a esa luz
su sonrisa silenciosa, no callada.
Ríe,
busca
donde posar tu mirada,
pero jamás me preguntes
el sentido de estas palabras.
(30-7-93)
jueves, 19 de noviembre de 2009
Como decía Machado...
domingo, 15 de noviembre de 2009
Había una vez...

domingo, 8 de noviembre de 2009
Mi penúltima aventura con "esos locos bajitos"

Como en su día dije, este blog es lo que es, y no tiene ninguna lógica en el orden cronológico, así que hoy toca una historia del día a día que estoy viviendo.
Hacía ya unos cuantos años que estaba aparcado en la cuneta. Sinceramente, en mis planes no entraba volver a rodearme de voces chillonas que te cuestionan sobre todo y para todo (de eso ya estoy servido con Rodrigo y Fernando), ni siquiera de los que despiertan a un mundo revolucionado por nosotros mismos y nuestras ideas peregrinas de lo que debe ser el mundo moderno.
La verdad es que nunca serví como educador; por mi carácter inquieto y en parte por mi autoconsiderado "complejo de Peter Pan" me han hecho ver durante toda mi vida que prefiero aprender de "esos locos bajitos", aunque mucha gente se haya empeñado en hacerme creer que para hacer lo que yo hago hay que tener madera de educador. Yo sencillamente llego a una conclusión: Llevo más de media vida haciendo lo que me gusta, porque me gusta, y disfruto como cualquiera de ellos de cada momento y cada payasada que toca hacer; porque sí.
El caso es que a la Parroquia había llegado un grupo de "aventureros" Scouts, y tras parlamentarlo con la madre de la criatura apuntaríamos a Rodrigo, en un principio en contra de su voluntad, para no faltar a la verdad. Uno de los días que los padres tuvimos una reunión con ellos, y dado mi "pasado", yo iba recordando y reconociendo la mayoría de las cosas que nos iban contando. Al final de la reunión me acerqué a Ana, la "Jefa", para charlar un poco y compartir con ella alguno de sus comentarios; para qué lo haría, jajaja. "Trabajar con niños es como un veneno que se lleva en la sangre" me dijo, y no le faltaba razón, la verdad: me ofreció entrar a formar parte del equipo responsable.
Dios mío, no fastidies, los Scouts. Lo reconozco, nunca fueron santo de mi devoción. El desconocimiento de las cosas nos lleva a conclusiones equivocadas desde luego, pero un par de desencuentros pasados con ellos me hizo pensar de esa manera.
De nuevo tocó "consejo familiar", y una vez más, conociéndome y sabiendo que es algo que siempre me llenó, hubo beneplácito conyugal.
Ofú, en qué fregaos me meto, si es que no aprendo. Pero ahí estaba yo, con mis "taitantos", que diría Lina Morgan en el Hostal Royal manzanares, para iniciar una nueva aventura. Me uní a ellos y ellos me acogieron como uno más. Me contagiaron y despertaron del letargo muchas de las sensaciones que dormían guardadas en forma de fotos y placas recordatorias del camino que durante años estuve pisando. Momentos que van quedando grabados, unidos, no enfrentados a otros que ya pasaron. Vivencias compartidas y una Opción. Para mí realmente fue como las ofertas que hacen en las rebajas de enero: una preciosa chaqueta que sabes que si no la compras en ese momento no volverá a estar a tu alcance. Una firma en una Carta.
Las sensaciones que siguieron, una vez entre los chavales, fueron muchas. Hay una que desde el principio me sigue, y que cada sábado, cuando estamos con ellos, o cada día en que nos reunimos los responsables del grupo, me bloquea: este ya no es mi mundo; sin embargo es algo que se disipa de inmediato; mis Hermanos Scouts y los propios niños hacen que sea así.
Como dije antes, y esto lo demuestra... aún me queda mucho por aprender.